Las ganas de lanzar una bomba
Las ganas de lanzar una bomba.
Las ingenuas y francas ganas de lanzar una bomba.
Hay quien haga deudas.
Hay quien haga promesas.
Hay quien haga pedidos.
Al menos una vez en la vida,
todo se resume en las ganas de lanzar una bomba.
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Uno de ellos
Los que creen hacen preguntas a los que parecen creer.
Los que parecen, parecen no escuchar.
Los que escuchan permanecen callados.
Los que responden parecen no creer en lo que dicen
los que preguntan.
Todos se parecen en silencio.
♦
Medida
Vivo lo que se puede llamar
una vida media.
En la escuela, siempre me esforcé para
alcanzar la media.
En el trabajo, siempre fui
un funcionario medio.
Mi desempeño en los deportes
Nunca excedió la media.
Fui un marido medio, un amante
medio, un hijo medio.
Soy un sujeto de mentalidad mediana.
Con algo de suerte, me mantuve en la media.
Tengo un aliento de alcancé medio.
Me quedo constreñido con la posibilidad
de sobrepasar la media.
Nunca esperé de las personas
nada más allá de la media.
Pienso lo que piensa el brasileño medio.
Me desagradan aquellos
que se ponen arriba de la media.
Mis miedos y recelos siempre estuvieron
dentro de la media.
Mis sueños de consumo
nunca escaparon de la media.
Mis deseos y fantasías
están todos en la media.
Mis huesos, bien acomodados,
cabrían en una caja de tamaño medio.
♦
Equilibrando copas de champaña
Los colegas me felicitan por la conquista.
Los vecinos me felicitan por la familia.
Los médicos me felicitan por la salud.
Los clientes me felicitan por la eficacia.
Los amigos me felicitan por la lealtad.
Los borrachos me felicitan por escucharlos.
Los jóvenes me felicitan por la gracia.
Los extraños me felicitan por la gentileza.
Los vendedores me felicitan por lo que escojo.
Los locos me felicitan por la complicidad.
Los políticos me felicitan por la confianza.
Los policías me felicitan por la conducta.
Los sabios me felicitan por la prudencia.
Todos me felicitan con ganas.
Muchas gracias.
Traducción por Sergio Ernesto Ríos.
Bruno Brum (Belo Horizonte, 1981). Publicó los libros Mínima ideia (2004), Cada (2007), Mastodontes na sala de espera (2011) y 20 sucessos (2016), en coautoría con Fabiano Calixto. Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Publicó Quienquiera que seas (FOEM, 2015), Brazuca (Palacio de la fatalidad, 2015) Obras Cumbres (Bongobooks, 2014), La czarigüeya escribe (Editorial Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas, Muerte del dandysmo a quemarropa(Universidad Autónoma de Nuevo León, 2012) y Mi nombre de guerra es albión (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010). Tradujo Droguería de éter y de sombra (Palacio de la Fatalidad, 2014) de Luís Aranha, Paranoia (Palacio de la Fatalidad, 2013) y Voy a moler tu cerebro (Red de los poetas salvajes, 2010) de Roberto Piva, y la antología de poetas brasileños nacidos en los ochentas, Escuela Brasileña de Antropofagia (Kodama Cartonera, 2011). Imparte los talleres de poesía latinoamericana Periferia de Escribidores Forasteros en la Ciudad de México y Toluca. Trabaja en la librería Mi Primer Día en el Salón de la Fama. Es becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.