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con qué ficción el agua se asimila
a la desnudez
(agua: documento del vértigo)
la desnudez es
ruido blanco / frecuencia
y tiene memoria
la corteza se transforma
la hebra concentra
el colágeno de tal modo
absoluto
con qué ficción una arista
de piélago traviste el
cuerpo
con cuál color fiero habita en uno
con cuál prisma nos desordena
qué parte del cuerpo segrega
la desnudez; adónde sucedió el mundo
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el vértigo aviva las cosas inanimadas
como un desliz es una hora errónea.
quién sabe. sólo sabemos que nunca
llega la hora / sino que hay que llegar
a ella / sí / claro está. hay que llegar
como una colisión / llegar y meterse
en sus concavidades / y ser cardumen
brazada / delta / lo que sea / y sellar
la cáscara / bucear.
o también / digamos
que nosotros
somos la hora que / nos alargamos
y astillamos
y que a su vez nos descolonizamos
que la hora es nuestra propia
y hermosa desolación.
venidera sí la nauseabunda sensación
cuando nos enteramos / a contratiempo
que el pegamento se terminó. sí /
siente el levitar intrincado
siente la fecha cómo
se despega
mira los dígitos a media ruta
mira el punto de cierre / allí dilatándose
siente la anémona que revienta bajo la piel
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no sé cuánta variable de código hay
en el resucitar constante de una mente
pero cómo no revivir esa data tibia
transeúnte en una piel con tanta
memoria.
o / digamos / que la piel se escribe
así misma así haya tormenta
en el simulacro
o / la mente es un tipo de plasma
dilatado que busca
y se conecta con todo eso que desea.
no sé si me entienda / perdón.
aún no podemos dar nada por hecho
cuando existen tantos enigmas.
en efecto / el amor segrega más mente
la mente nunca para de llegar al cuerpo
de meterse hondo / de moldear la data.
la mente es solamente telepática cuando
desea. en sí / todo el cuerpo es telepático
y mantiene un lenguaje arcano con todo
eso que desea y ama.
mas no es coincidencia que dos cuerpos
aleatorios se busquen en una misma
oscuridad / o que un incendio cambie
de forma de una sola polilla.
perdón / a veces / ni yo me entiendo.
mejor dicho / la mente es la danza
que hace tu cuerpo en su secreto animal
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sospechamos de la hora / de su sensatez / de la hora
como una entidad propagada / que se manifiesta en cada
persona de acuerdo a su hora de nacimiento o su hora
de muerte / o de la posición de las cosas cuando por
vez primera sintieron el rotar del mundo en su piel.
la hora como centro de control de nuestra realidad
ahí siempre / vivaz e intertemporal / vigilándonos.
pero sin duda / estamos paranoicos. la insolación hace
estragos en la cordura. por eso mejor nos desnudamos
y acostamos sobre la loseta fría a: esperar. esperar.
esperar. a sentir el reflujo del desierto /
las contracciones del cuerpo
al sentir el adoquín enfermo. adoro ver el contraste de
tu piel y la loseta / cómo media parte de tu perfil se
adentra tanto en el frío / cómo tu trenza toca el fondo
de este plano / y es digital
/ y es dilatación de tu mente extasiada.
pero que el calor no nos reduzca / sigamos esperando
que el bochorno se deshaga / que las figuras agarren
de nuevo el contorno que el vapor ha difuminado.
vivir en un desierto tiene su precio y su fortuna / nada
mejor que los lugares planos y extensos para sentir
el transcurso y movimiento exacto de la vida / lo
vertiginoso aquí es manantial y se abre paso como
una galaxia / suprema / acorralada en el eje aledaño
a nuestra periferia de cada tarde. no sé lo que digo
el calor me ha degenerado. soy otro. otra. tú quizás.
el viajero del tiempo. esperando. esperando. esperando
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una superficie intacta / espera. retazos de voces
entretejidas. una corriente de radiación. un área
empañada / estéril. humedad que gotea / digital.
una flor fosforescente que crece inclinada hacia
el futuro. opacidad que parece distorsión / un
mantra.
todo eso es la réplica de una escena que ha
eliminado un sujeto / porque así quiso olvidar
pero acá tenemos esa escena / nítida / y la
hemos expropiado / es nuestra.
ahora la podemos ordenar como queramos
o virar al revés / o maquillar un poco. todo
recuerdo nos pertenece si lo invocamos
no cesa de existir / sino que se transporta
de sujeto en sujeto / y afirma su estadía
así / como un mantra. pero ni modo
queremos decir la erosión del instante
o la pus del instante / sin que nos duela
pero también podemos decir que todo
repercute como guirnalda de luz que se
consume a sí misma / o que también la
memoria es data de otro ardor
pero ni modo. todo peso aquí concede
un no-final en un sitio-trance / un temblor
tras las persianas del cuerpo. mejor
repitamos erosión / pero como una prórroga
—Jonatán Reyes
del libro Databending (Barnacle, Argentina, 2019)
Jonatán Reyes nació en San Juan, Puerto Rico. Ha publicado los libros: Actias luna (2013), Filmina (2016), Perdíamos la gracia y el verano (2017), Data de otro ardor (Editorial Verbum, España, 2018), y Databending (Barnacle, Argentina, 2019). Es ganador del XI Premio Internacional de Poesía “Gastón Baquero”, y es finalista de varios premios de poesía. Su poesía ha sido publicada en diversas revistas internacionales de literatura y poesía, en países como: Colombia, Argentina, Venezuela, España, Grecia, Italia, Brasil, Ecuador, Estados Unidos, Chile, Bolivia, Nicaragua y México. Su poesía ha sido traducida al italiano, griego, inglés, francés y portugués. Es director y editor de la revista de poesía Low-fi ardentía.