Entre Fronteras: música que se mueve y monigotes de plástico 

 

 

 

por  Antonio León

Fotografía de Mosiah Ornelas

 

 

En pleno 30 de abril, el vestíbulo del teatro universitario es un maremoto de rostros infantiles, camisetas de superhéroes y peinados que duraron 5 minutos en forma. El Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras llega a su cuarta tarde con una función dedicada a la niñez en su día. 

   Al entrar a la sala del teatro todo es ruido y cabecitas inquietas que saltan sobre las butacas. En algún momento pienso seriamente en salir huyendo ante la ola de conductas desaforadas y sin control que, imagino, tendrá este grupo de espectadores de tan corta edad y tan grande energía. Al final decido quedarme en una butaca entre dos adultos que crea la ilusión de una barrera de seguridad ante el embate del chamaquero.

   La compañía Tumàk’at, originaria de Yucatán, llega a Mexicali con un espectáculo titulado Periscopio. Tras un arranque un tanto lento, en el que algunos integrantes de este publico de baja estatura se preguntaban por los villanos, Pikachu o los personajes de Disney (habría que revisar la forma en que la educación básica prepara a la niñez para experiencias estéticas diversas) se despliega el discurso terrible de la devastación ecológica.

Icebergs y pingüinos, vectores de materiales no perecederos, bolsas, basura: cinco artistas escénicos dotan este espectáculo de una visceralidad que va cediendo paso a una propuesta más luminosa. Se trata de brindar una propuesta sin necesidad de un discurso panfletario, que se despliega sobre un trabajo estupendo de musicalización, con dos instrumentistas mezclando xilófonos, jarana, trompeta y sonidos guturales, con elementos heredados de la experimentación sonora de proyectos como Matmos o las propuestas de math rock, por nombrar algunos.

   De repente, la basura emerge en beats y los niños y niñas se animan a bailar, invitados por uno de los integrantes de la compañía a subir al escenario: un grupo de entusiastas bailarines con pasos que brotan de un lugar que ya después perdimos; hace suya la pieza. Al final, tres monstruos de plástico emergen en una graciosa coreografía: alguien en el público ha dicho que parecen tres dragones de basura, alguien más opina que son icebergs de globos que han muerto después de la fiesta. Una voz infantil suena fuerte y recomienda dejar de usar bolsas en el mercado.

 

El Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras continuará hasta el 2 de mayo

Más información: https://www.facebook.com/ENTREFRONTERAS

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