Veamos,
Isla en medio
De la noche,
Ahora,
Lo único que me es posible murmurar es el color de tus pómulos
Ocre, ocre, ocre y es linda esa palabra que hace
Real, que cristaliza sollozos y ternuras
Inquieto mi pecho despertando a las pesadillas
Entiendan, no soy yo el que escribe
Tienen que ser tus dedos en mis dedos
Tienen que ser tus ojos en los míos
Ahora ya no queda donde huir de tu ausencia
Volví, dulce mañana, portadora
Inevitable de mi alma y
De todos los pájaros del mundo.
Ahora creo ver mis manos y mi cara más cansada.
Los geranios parecen marchitos bajo este techo
Óyeme cuando digo
Real es esta vida de sombras
Interminables.
Es tu existencia la luz del mundo,
Tus ojos las galaxias deshaciéndose,
Traigo
A tus pies, mi vida exhausta
Vil es este mundo, dulce pétalo barnizado,
Tan suave resulta el reflejo de tu reflejo
Intento abrazarte más allá del sueño
Como un pez perdido en los manantiales de tierras lejanas
Da igual si a tu noche se vuelve el tritono
Alegoría de las mandrágoras que bostezan
Lloro al mundo cada mañana
Orando por algo que fulmine las sombras desconocidas en tu andar
Roca última en la marea que sobrepasa abismos
Inquieto gavilán de galápago
Es este el reino que te prometí?
Tan reacio a tu pureza
Tal vez sea mejor dejarlo todo
Empezar de nuevo en algún rincón lejos del magnetismo agobiante del mundo
Como esporas de polvo en una playa
Caer hacia donde nadie busque
Caer sobre el mar
Sobre nosotros
Ahora parto, a ver el mar lejos de tus pupilas.
Espérame,
Me tengo que alejar
Ya vuelvo, cigarra, ya vuelvo
Olvidé algo en el sur
Lo encontraré cuando vuelva
Olvidé que ya nadie me espera
En tu rostro habita el destino de todas las brújulas
Es como una rosa del viento
Tus ojos son puntos cardinales
Fotografía de Alicia Tsuchiya
Mattias Tello (Arica, 1995) Escritor. Su oficio en la literatura le ha permitido viajar a distintos festivales de poesía y ferias del libro, tanto como poeta, editor o librero. Éramos tan Felices (Maki_naria, Bolivia-Chile, 2017; Viz-k-cha, Ecuador, 2019)