Taxidermia, erótica y política

 

 

 

Texto y fotografías por

Mayo Candenas

 

 

Si tuviese que describir el núcleo de mi actividad fotográfica, lo dividiría en tres movimientos o intenciones que son simultáneos e interdependientes: la fotografía como taxidermia, la fotografía como erótica y la fotografía como política.

    Mi primer contacto serio con una cámara se produjo en 2017 cuando atravesaba una fuerte crisis depresiva que me llevó a sufrir constantes episodios de amnesia y disociación. La fotografía apareció ante mí como un artefacto terapéutico, un instrumento para afianzar aquella memoria inestable y precaria, permitiéndome crear anclajes, abrir portales que un día rescatasen mis afectos del olvido. Podría decir que desde entonces me impulsa una suerte de vocación taxidermista, la fe en que es posible capturar la verdad de un instante, y que ésta, a su vez, puede ayudarme a reconstruir el relato velado de una vida.

      Por otro lado, la fotografía ha supuesto una vía de escape a ese laberinto egoico en que estuve inmerso al enfrentarme a las cosas y revelarme su otredad radical, nuestros límites insuperables, todo lo que escapa a mi control. En este aspecto es también una erótica: un deseo de lo que permanece siempre ajeno y se me oculta o escapa, cuyo lenguaje  trasluce un punto de encuentro entre dos islas.

      Estas dos dimensiones, la taxidermista y la erótica, confluyen en la que quizá sea la más importante: la fotografía como compromiso político con lo cotidiano, nuestra vulnerabilidad, el dolor y la impermanencia que intento mostrar a través del retrato de mi propia mirada y paisaje anímico. Mi fotografía es una defensa de la fragilidad, de lo simple y lo mediocre, una resistencia frente a la tentativa actual de crear vidas perfectas e incuestionablemente felices. Busco a menudo la belleza de lo vulgar, de lo desapercibido de una luz, un pliegue o una hoja. Intento transmitir, a través del uso del color, nuestra coincidencia, el estado emocional al que me inducen. Mi estilo de edición, por tanto, se adecua a mi sentir, a ese movimiento incesante de las cosas, a mi renuncia contundente a toda identidad fija y estable.

 

 

Mayo Candenas (1997) es un fotógrafo de la ciudad de Sevilla, España. Ha estudiado Iluminación, Captación y Tratamiento de la Imagen en el Instituto Néstor Almendros y el curso de especialización en Fotografía Social de los estudios Imago Center. Actualmente termina sus estudios universitarios de filosofía y continúa con su formación fotográfica de manera autodidacta. Puedes conocer más del trabajo de Mayo en su cuenta de Instagram: https://www.instagram.com/laslucesdemayo/

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