por Antonio León
Creer en las sobrevivientes. Transformar las normas sociales dañinas y las estructuras lineales de poder. Al abrir el libro de historia de la humanidad institucionalizada, la violencia aparece a cuadro y es la manifestación más clara de la desigualdad entre hombres y mujeres. La violencia y sus efectos constituyen la más grave violación de los derechos humanos que sufren millones de mujeres, niñas y jóvenes.
Ayer, en la tercera jornada de actividades del Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras, los trazos del clamor por la justicia se hicieron sobre las tablas. La función estuvo a cargo del Colectivo PEC e Insight Movement. En esta ocasión, un solo de danza fue el vehículo para la espléndida bailarina Rebeca Portillo, quien se posicionó al centro de la noche y encendió las luces del movimiento.
Bajo la dirección escénica de Bernardo Orellana, la pieza avanzó dividida en cuatro heridas. Cuatro momentos en la señalética de la corporalidad: sobre dicho territorio se efectúa el atropello, desde el interior del mismo se reformula la existencia. Cuatro oquedades donde la ausencia y la injusticia formaron preguntas lanzadas desde el proscenio.
Una mujer siendo todas las mujeres, un salto entre generaciones y renglones de estadística dolorosa. La intérprete se presentó en total control de su instrumento, se movía entre espacios marcados por un metrónomo: el cuerpo en tensión de giros imposibles, las manos a tierra en la inversión del cuerpo erguido. Los recovecos de la condición humana, puestos en evidencia para su disección.
Trazos a punta de piel y discurso. Cuatro heridas dispuestas a volverse a abrir para elevar el grito de la injusticia. Por las bocinas se dejó sentir el lamento acompañado de otra noche interminable. Luego el cuerpo, siempre el cuerpo. La lucha feminista expresada como espacio de resistencia desde una mujer que baila como sobrevivir.
Fotografías de Armando Ruiz
El Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras continuará hasta el 29 de abril
Más información https://www.facebook.com/ENTREFRONTERA
Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe poesía y crónica. Es editor de poesía en la revista El Septentrión y autor de los libros Busque caballos negros en otra parte (pinosalados) :ríos, dentro de la colección Ojo de Agua, editada por CETYS Universidad y Consomé de Piraña, editado por Carruaje de pájaros y el Instituto Sinaloense de Cultura en el 2020. En 2016 fue el ganador del Premio estatal de literatura (poesía) en Baja California, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en la categoría Creadores con trayectoria. Actualmente se desarrolla en promoción de la lectura y la promoción cultural universitaria y es parte del equipo organizador del encuentro Tiempo de Literatura, en Mexicali.