Álamo

Suicida

 

I

 

Los retoños en las ramas blancas

como todos los abriles,

el álamo en el patio, aún sin sombra

guardaba su frescor en la madera,

y al atardecer del día veintinueve

dio un fruto:

 

            colgaba el niño de una soga.

 

 

II

 

En la primaria éramos compañeros,

él era mayor que nosotros,

era más cercano al mundo adulto,

era, para nuestra mirada de doce años, la fuerza.

 

Aún le gustaba jugar a hacer nudos.

 

Y ahí estaba esa tarde,

ahí están los dos, el álamo y el suicida.

 

 

III

 

Era un niño y tomó una soga

y la tendió sobre una rama de álamo,

era un niño e hizo un nudo,

un nudo, como se hace para jugar al lazo.

 

 

Muerte de un álamo

 

El árbol, se sabe, es el Axis Mundi,

los mayas decían que era una ceiba,

en el altiplano decían que era un ahuehuete,

un roble los druidas, pero no, yo sé que no,

era un álamo, un día lo vi.

 

Ya no existe, lo cortaron,

estaba en medio de un patio

y apenas echaba hojas nuevas,

era un álamo que cortaron

 

sólo un joven, un niño todavía, intuyó

aquel centro, ese meollo, ese concéntrico

círculo de anillos de la madera,

             del cosmos.

 

La madre, el padre, ya no vieron un árbol

en aquel patio no había ya un álamo

 

Enterraron al hijo de catorce años

y no hay agua que haga crecer un nuevo árbol.

 

—Noel  René Cisneros

 

Noel René Cisneros estudió Historia en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ganador del Premio de Cuento Breve Julio Torri 2015. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (2014-2015) en el área de narrativa. Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes Jóvenes Creadores en el área de cuento (2010-2011). Autor de Gloria Mundi, nuevo Liber Pontificalis, Fondo Editorial Tierra Adentro 2015. Actualmente es beneficiario del FONCA.

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