Figura de dos cabezas. Una trilogía

 

 

 

 

De litane (2009)

segundos errores de razonamiento

en cierto punto del colegio
una oración para los enfermos

la escuela de la comunión
fue durante largo tiempo un hospital

en este espacio ahora anegado
se pronunciaron posibles para los enfermos

los terrenos de descanso del otrora hospital
hoy son patios de árboles sintéticos

mentira
lo que antes fueron árboles en un espacio de descanso
hoy son palmas plastificadas sembradas en jarrones

plantas artificiales de punto cinco por uno y medio de largo
ordenadas en los patios de la escuela

no-árboles repeliendo los martirios de esas plagas
la leucemia

las oraciones para enfermos resuenan en las inundaciones de esta explanada

donde se dijo cristo no-enfermo hoy se dice cristo no-enfermo
con una voz algo más grave

como una repetición más profunda en estos terrenos santo cristo doctor
una cruz en forma de aspa

comulgo cristo en silencio
comulgo cristo sin haberme confesado porque soy judío

digo judío como decir ateo como decir nada en una confesión
en los patios de esta escuela

porque da pena hincarse en el recinto de los sacramentos sin una religión
porque da pena esparcirse como una plaga para los enfermos

pronuncio nada en oración en un contraveneno
enfermo pronuncio plaga en esta eucaristía

digo intervención de una enfermedad digo calamidad sobre las florestas artificiales
como una realidad algo distante

repetición de cristo mantra de krishna bajo una fronda adulterada
desde esta inundación renuevo hoy los martirios

revulsión

concatenación

lamento

una oración de nada para los enfermos
un propagar el eje de la voz para estos contagiados

 


 

 

DE DEGENERATIVA (2010)

VARIACIÓN A UN PASAJE DE WALTER BENJAMIN

EL TEDIO ES UN PAÑO CALIDO Y GRIS FORRADO POR DENTRO CON LA SEDA MÁS ARDIENTE Y COLOREADA. EN ESTE PAÑO NOS ENVOLVEMOS AL SOÑAR. EN LOS ARABESCOS DE SU FORRO NOS ENCONTRAMOS ENTONCES EN CASA. PERO EL DURMIENTE TIENE BAJO TODO ELLO UNA APARIENCIA GRIS Y ABURRIDA. Y CUANDO LUEGO DESPIERTA Y QUIERE CONTAR LO QUE SOÑÓ, APENAS CONSIGUE COMUNICAR ESTE ABURRIMIENTO. PUES ¿QUIÉN PODRÍA VOLVER HACIA FUERA, DE UN GOLPE, EL FORRO DEL TIEMPO? Y SIN EMBARGO, CONTAR SUEÑOS NO QUIERE DECIR OTRA COSA. Y NO SE PUEDEN ABORDAR DE OTRA MANERA LOS PASAJES, CONSTRUCCIONES EN LAS QUE VOLVEMOS A VIVIR COMO EN UN SUEÑO LA VIDA DE NUESTROS PADRES Y ABUELOS, IGUAL QUE EL EMBRIÓN, EN EL SENO DE LA MADRE, VUELVE A VIVIR LA VIDA DE LOS ANIMALES. CALLEJEAR ES EL RITMO DE ESTE ACONTECIMIENTO. EN 1839 LLEGÓ A PARÍS LA MODA DE LOS TORTUGAS. ES FÁCIL IMAGINAR CÓMO LOS ELEGANTES IMITABAN EN LOS PASAJES, MEJOR AÚN EN LOS BOULEVARES, EL RITMO DE ESTAS CRIATURAS.

Mi padre entonó el sueño de los tedios.
Sacudió los cabellos de su mesa de trabajo todas las noches. Mi padre tiñó las órbitas de la caligrafía; escribió el signo de las cruzadas en mi cabeza. Yo replico esos tonos en su nombre. Me envuelvo en el mismo paño cálido y gris, con visos de seda ardiente, con que él se cubrió para soñar. Sueño, como el embrión que emprende, desde el santuario de la noche, la vida de los animales. Para volcar de un solo golpe el revestimiento de los días. Entonces me siento a escribir y entono las visiones grises y aburridas de mis antepasados, que son las visiones de mi cuerpo y de mi pensamiento. Miradas deslucidas de caminatas largas por la ciudad. El pulso acompasado de los pasajes donde compramos, por decir, una tortuga de pecho quebrado. El desaforado pulso con que observamos ese animal recluido, para después salir desaforadamente a encarnar otras visiones. Con el pulso siempre de estas criaturas
quebradas y rollizas.

 


 

 

DE MAREMÁGNUM (2017)

 

LO QUE TE DIGO SE DESHACE EN EL AIRE

Lo que te digo se deshace en el aire.
Esto que te digo, escúchame bien, se enciende, se deshace en el aire.
No palidece y cae para estrecharse entre las ramas y las brozas
y los restos de una naturaleza ya caída,
se pica y se impacienta,
se enciende e incinera antes de llegar.
Su destino. Esto que te digo,
no es sublime, sino etéreamente irreconocible.
Llega a tus oídos (pavesa, reliquia del carbón), porque lo que se alza y se arroja tiene que llegar,
tocar algún punto en su impaciencia.
Aunque lo hace —rebasa, quiere meterse— como algo ya crispado,
ya molido en su agitación y su prisa.

De ser algo, esto que te digo, sería la neblina implacable de ese paisaje al pie del Lago.
Un lago que, tras la vehemencia, descansa en sus heridas,
un lago que no vi, pero que me mostraste como una imagen distante y blanca:
aquí estuve sin ti. Éramos algo.

Antes de decir, lo que te digo, antes de rayarse en el aire,
las palabras si acaso serían eso: eclipses,
paisajes de nada que aparecen de pronto y vuelven a romperse.
Ciudades derruidas, almas derruidas, consumiéndose en el aire.
Pero lo que se alza y quiere penetrar nació para perderse:
la palabra escucha, imperativa y perniciosa, la misma palabra protectora,
con su bardo de maldición, la palabra sorda, auscultando los ritmos lentos,
las palabras remanso de las palabras se queman y se acaban en el aire.
Estas almas, estos seres convulsos que en algún momento fueron visos,
señales de orientación para las civilizaciones farsantes,
hoy crecen y se escuecen en la boca.
Yo las digo con una maldición. Yo las digo
para verlas romperse y llegar a su destino incierto ya perdidas.
Con un olor de inmisericordia en el aire. Esto que digo
se deshace, se pierde como los emporios y las almas en su clamor contrario:
la neblina de una embocadura. Esto,
mi resabio negro todavía encendido, mi asolada y tonante, envilecida.

 

—Alejandro Tarrab

 

Alejandro Tarrab nació en la Ciudad de México en 1972. Es poeta y ensayista. Actualmente cursa el doctorado en Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde también estudió la maestría. Entre otros, es autor de los siguientes libros: Litane (2006), Degenerativa(Premio nacional de literatura Gilberto Owen, 2009), Maremágnum (2016), Ensayos malogrados. Resabios sobre la muerte voluntaria (2016) y Caída del búfalo sin nombre (2018). Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, portugués, checo y serbio.

Déjanos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*