El amor es una barca encallada en negras nubes

 

Frankenstein

 

Es decir Cómo saber qué enigma un espejo nos propone

Qué emboscada nos espera

cuando avanzamos hacia esa telaraña

Cómo desandar esta secuencia de silencios devastados

Si se piensa bien es como soñar una partitura

Pero rara vez se piensa Y nunca es música este dolor

Este pincel que se cae para siempre de la mano

Y es triste que aquel sueño termine con una mujer desnuda

en un sofá rojo Y una pandereta y grecas de violetas

en el tapiz de la pared Es más bien triste

que este sueño termine siempre de manera tan agradable

Pero nunca es para tanto

Y aquí

Es decir Allá

Irrealidad sería no encender el interruptor

en la esquina de esta fotografía donde sólo queda un círculo

después de mirar demasiado

No

No te quejes

Cuando llegue este punto enciende un cigarro Cierra los ojos

Clava la pluma en la manzana Vuélvete la espalda

Con esa aguja teje una magnolia Espera

Porque Sabes

El vacío es otra forma de saberlo

Y el cansancio tiene sabor a tierra viva

Y uno alcanza ahí su número

El peso preciso de su sombra

Mira Por ejemplo Ese tornillo

Sácalo despacio

Verás que nada ocurre

Y sin embargo sabrás cómo algo Para siempre Se derrumba

Escribe árbol

Y siente cómo acuden Por ejemplo Beso O luz

Cómo las hojas de ese otoño comienzan a caer

lentamente sobre la pantalla

Así te averiguan estos tristes puñales inservibles

Y uno se pregunta si no es puto o hijo de puta

Por llorar inconsolado ante esa llave que fue piel y labios

bajo un sol perdidos

Cuando afuera tanto se derrumba

Yo no sé

Pero sé que seguirán creciendo cabellos y locura en su esqueleto

Aun en este tiempo donde

En fin

El amor es una barca encallada en negras nubes

Y el deseo

un ejército de sal avanzando sobre el agua

 

 

From there

 

Te hallaste a través de un hechizo

que dejaba una remota sensación de hielo en las manos

Incendiando sombras

El ojo traía consigo el débil resplandor de un eco que moría

Leve bruma apenas

de un grito silenciado

Un sedal resplandece y se apaga

Vuelves el rostro en dirección de la puerta del baño

al final del pasillo

No hay un monstruo No hay salida Nada

Salvo un espejo oscureciendo Y un borrón de ti Adentro

Exhausto

Los ojos se habían cerrado al mediodía

Despiertas como si hubieras vuelto de un sitio distante

Imposible saber si afuera el sol nace o se oculta

No eres tú de inmediato

Algo

Soñando

Permanece

Sin embargo Ciertos ángulos

Tu nariz

Una especie de calidez buscando forma

después del frío en algún lado Te lo dicen

Regresa

Alcanzas a escuchar allá Apretando los ojos

Pero es temprano

Y ya es muy tarde

 

 

Mejor el silencio

 

Mejor el silencio a esta luz podrida

Tu cuerpo innumerable

haciéndose polvo en la caricia del olvido

Preferible la vida

Con su paso inválido y sordo

A soñar tus ojos con los ojos de la muerte

Sea tu nombre húmeda ceniza

Sangre lenta

Manchando los dedos de los días

Mejor el silencio

 

De ti no quedará mi testimonio

 

—Óscar Paúl Castro

 

Fotografía de Miguel Mayoral

 

Óscar Paúl Castro (Culiacán, 1979). Poeta y traductor. Es autor del libro Puzzle (Andraval Ediciones, 2013). Ha participado en algunos volúmenes colectivos, como Los límites acordados. Ocho poetas jóvenes sinaloenses (difocur, 2000), 1979 (imcc, 2005) y Renovigo: piezas teatrales (imcc, 2008). Ha sido incluido en algunas muestras de poesía mexicana reciente, como La luz que va dando nombre. Veinte años de la poesía última de México (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 2007) y La permanencia del relámpago (Praxis, 2008). Colaboró con traducciones en las revistas Textos, Espiral, Punto de Partida, Timonel, Zócalo Poets y en el Periódico de Poesía de la unam. Mantiene el blog tradiuttore.wordpress.com. Fue becario del foeca Sinaloa.

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