Tres poemas de Carlos Loya

 

 

 

Calcomanía

Como cerezas, como océanos colmándose, en la lentitud de una

[misa, en la oficina,

Cambiando de color —como fruta en descomposición— Parado en

una esquina, cansado de ser hombre, animal, silueta, portador de

bacterias.

Raíz furiosa, extendida, no quiero ser dibujo, tinieblas, hígado

[plasmado en el suelo,

Donde todos pisan —la gente normal vuela—

no quiero ser el vidrio y el ruido que arrastra,

bala y la carne que atraviesa, calle y sus ladrones,

sí misterio, sí búsqueda, sí vida.

Llegará un día en el que no saldremos sin paraguas, las madres

estarán pegadas al cielo y llorarán por sus caídos.

No quiero tanta desgracia, cobro, imaginación, Habitaciones muertas

o muertas esperanzas, Olvido y veladores que acompañan tu retrato.

Quiero la paz y con ella verte y deletrear tu nombre, Fresca brisa en

la cara del que sufre.

 

 

Doloso

No me talla su bochorno doloroso, no la observo,

no cuento sus glóbulos, ni del chichón brota como cascada,

no está en las manos de los gimnastas, ni en el retrete del boxeador,

no sale por la uretra del que sufre de cirrosis, ni en los colmillos de Vlad,

no escucho su canto en mi interior, como la vez que me tragué

[una paloma

y me sentía dichoso de tener pico y pan.

Pero si la veo en su ropa, sí recorre por sus rincones —como turista—

sí es alimento de sanguijuela, sí espanta mis yemas,

sí puedo ser testigo (y tocar puertas cada domingo)

sí está en la lista y la mencionan, la vierten como taza de té,

raíz de la palabra “pozole” vértigo y sacrificio,

paracaidista de la tierra, aguacero que significa amor.

Y aunque solo tierra brota de mi sien, nos hallamos de la mano en

este terreno baldío,

humo, mariposas, oscuridad, artesanía de la muerte, encanto de rapiña,

víctimas del encuentro y sus armas blancas.

 

 

Respuestas

¿De qué parte de la república nos visitas? ¿En qué entidad

[aprendiste ese murmullo?

¿Por cuál transporte has llegado hasta este precipicio –cuna del

tormento, balada de crimen?

¿Será por el miedo al hacha o al revólver? ¿Están tus sílabas en una

[narco manta o en algún amarre?

¿De qué tierra de llanto has evacuado? ¿Qué esconden tus

[ciénagas y cerros?

¿Se han acabado las imágenes de la virgen o las curanderas?

¿Cuántas frentes sudorosas abandonaste en el empaque?

¿Cuántos corridos atrapaste en la guitarra? ¿Vienes a ser biografía?

¿Quieres cruzar al otro lado —uno más oscuro—?

¿Ya conocías el mar? ¿De qué templo maya has escapado?

¿Tienes acta de nacimiento o te acompaña tu placenta?

No necesitas contestar si no quieres,

tus costillas flacas me dicen todo.

Y tu sed.

 

 

 

 

 


Fotografía de Sergio Caro

Carlos Loya es originario de Ensenada, Baja California. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California. En 2018 fue el ganador de la primera bienal de artes literarias Gloria Ortiz Domínguez y del primer concurso de cuento Heberto Peterson Legrand. Ha sido colaborador en revistas digitales como 4Vientos, Verminautas y Región Transparente.

Déjanos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*