Desde Argentina nos llega este sueño oracular de dos palabras con el que la poeta Cynthia Matayoshi nos permite asomarnos a su nuevo proyecto, que es un poemario herbario sobre la historia de sus ancestros.
–Maricela Guerrero
Sueño
Mi abuela podía revivir cualquier cosa con dones del reino vegetal.
Sansevieria trifasciata: cola de lagarto. Planta de la serpiente. Planta rizomatosa. Planta fémina. Planta para hacer ungüentos y pedirle a los dioses. Por la noche su lengua se extiende y se introduce en el cuerpo de las mujeres de la casa.
Pelargonium. De flores rojas. Un perfume mágico se obtiene de su esencia. El extracto seco de su raíz puede alargar la vida tanto como dure el aroma.
Hibiscus Rosa-sinensis, mutabilis. Rosa China. Amapola. Sus hojas doradas se utilizan para hacer infusiones que provocan sueños imposibles. Dicen que si se éstos se extienden por más de una hora, el alma del soñante ya no regresa. Para evitarlo debe colocarse una hoja seca del primer Hibiscus del año debajo de la almohada.
Begonia. De bordes mordidos. Vetas y manchas blancas como las de nuestra vida. Después de tocarla un pus lechoso sale de mis uñas. Sin dolor. Es la certeza de lo deforme. De lo golpeado. Como decir: “por acá pasó la muerte”.