Dos palabras

 

Desde Argentina nos llega este sueño oracular de dos palabras con el que la poeta Cynthia Matayoshi nos permite asomarnos a su nuevo proyecto, que es un poemario herbario sobre la historia de sus ancestros.

–Maricela Guerrero


Sueño

Una atmósfera de algo cremoso y brillante, dos palabras: una es un gerundio, la otra está acentuada, él me las dice a mí, el clima es de un abrazo en el mundo que teníamos o de una casa con muchas puertas.
Actualmente
En 2020 La sombra de las ballenas, mi primera novela, se publicó en España en formato de libro y en digital (Trampa ed.). Publiqué un poema en la Antología Otras nosotras mismas (Aguaviva ed.) en homenaje a Berenice, la gata de Olga Orozco. Actualmente trabajo en un poemario herbario sobre la historia de mis ancestros. También trabajo en una novela y en un cuento. Dicto clases de literatura japonesa y de escritura.
Sueños futuros
Me gustaría tener un sueño donde el protagonista fuera el viento.

Mi abuela podía revivir cualquier cosa con dones del reino vegetal.

Sansevieria trifasciata: cola de lagarto. Planta de la serpiente. Planta rizomatosa. Planta fémina. Planta para hacer ungüentos y pedirle a los dioses. Por la noche su lengua se extiende y se introduce en el cuerpo de las mujeres de la casa.

Pelargonium. De flores rojas. Un perfume mágico se obtiene de su esencia. El extracto seco de su raíz puede alargar la vida tanto como dure el aroma.

Hibiscus Rosa-sinensis, mutabilis. Rosa China. Amapola. Sus hojas doradas se utilizan para hacer infusiones que provocan sueños imposibles. Dicen que si se éstos se extienden por más de una hora, el alma del soñante ya no regresa. Para evitarlo debe colocarse una hoja seca del primer Hibiscus del año debajo de la almohada.

Begonia. De bordes mordidos. Vetas y manchas blancas como las de nuestra vida. Después de tocarla un pus lechoso sale de mis uñas. Sin dolor. Es la certeza de lo deforme. De lo golpeado. Como decir: “por acá pasó la muerte”.


Cynthia Acuña Matayoshi escribe poesía y narrativa para construir su mundo, el de la escritura, además del mundo de los sueños. No distingue géneros, le importa más la libertad al escribir. Desearía ser un árbol o una montaña.

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