Wrought of Fin/Fraguado de aleta

 

 

Nada más espléndido que las intuiciones que se cuelan en los sueños, o  las imágenes extraordinarias que nos llevan a zonas desconocidas de la memoria o de lo cotidiano vuelto enigma. Como comienzo de esta extraña primavera —aún en confinamiento pandémico—, la escritora y traductora Tedi López Mills nos obsequia este sueño extraordinario para acompañar los ritos de iniciación alrededor de las paulatinas vacunaciones.

–Maricela Guerrero
 

 

 

 


Sueño

Empieza con un título en inglés: “Wrought of Fin”, fraguado de aleta, o “Rot of Fin”, pudrimiento de aleta. No pasa nada después del título. El fondo tiene la forma de un rectángulo, una pantalla granulosa. Me asomo por una esquina o, más bien, mi cara se asoma, sonriente, como una anfitriona feliz de recibir por fin a las visitas.

  Estoy frente al lavabo, inclinada. Alguien abre la puerta del baño y se coloca detrás de mí.

  Escarabajos en las cuencas del cráneo en el libro sobre los soldados alemanes en un pueblo de Ucrania. El lodo en las botas y las pulgas en las piernas.

  Compro rebanadas de carne seca en un centro comercial. Salgo a la calle con mi paquetito y me doy cuenta de que debo cruzar un puente para colocarme del lado correcto.

  Tenemos que trepar por un monte en la isla. Mis zapatos rojos se llenan de agua. Veo las luces de una feria: carruseles y puestos de tiro al blanco. Todas las personas hablan en un idioma que no conozco.

  Duermo en una mecedora. Hay un caballo negro que se pasea por la sala. Hay dos gatos debajo de una silla. Abro los ojos porque me despierta el desorden de los animales a mi alrededor.

 

 

La invención de un diario

 

Marzo (algunos días)

Viernes, 1 de marzo

En la noche voy a leer sobre las invenciones de la memoria. Uno se mete en recuerdos ajenos. Yo fabrico los de alguien más y confirmo que no soy devota de las palabras de mi idioma. El verbo “amar” se usa en balde. Una adolescente me lo demuestra. Ama las casas grandes y las comedias. Por amor le doy por su lado.

Miércoles, 6 de marzo

Los antepasados de mi país lanzaban ajolotes vivos al comal; los ajolotes se contorsionaban. ¿A eso se referirá lo de “vivaracho”?

  Maupassant comía en la torre Eiffel porque era el único lugar desde el cual dejaba de contemplarla. Eso escribe la amante de Wittgenstein, aunque ignora por qué lo sabe.

Lunes, 18 de marzo

El problema del estilo, los íncipits y los datos culturales empieza a ser un hoyo negro. Por ahí se fugará lo que está vivo.

Miércoles, 20 de marzo

La sombra y la arquitectura de las tinieblas que compone Mallarmé existen en las afueras del idioma, lo cual les permite deformarse sin que eso altere el resultado de su misterio.

Miércoles, 28 de marzo

Tendré que seguir leyendo sobre Esparta, para que no me engañe con sus mentiras la amante de Wittgenstein.

  Igitur es un joven insomne en un cuarto con cortinas espesas y una vela.

 

 

De La invención de un diario (Almadía, 2016)

Actualmente
Lee y escribe la columna “En el banquillo” en Milenio Diario.
 


Tedi López Mills ha publicado doce libros de poesía: Cinco estaciones, Un lugar ajeno, Segunda persona (Premio Nacional de Literatura Efraín Huerta), Glosas, Horas, Luz por aire y agua, Un jardín, cinco noches (y otros poemas), Contracorriente (Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares), Parafrasear, Muerte en la rúa Augusta (Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores), Amigo del perro cojo (Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada) y Lo que hicimos; además de cuatro obras en prosa: La noche en blanco de Mallarmé, El libro de las explicaciones (Premio de Narrativa Antonin Artaud), La invención de un diario (Almadía, México, 2016) y Mi caso Rimbaud. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Art

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