Los otros chicos de la cuadra
saben cantar y tocar la guitarra
salen en las tardes a jugar futbol
y después fuman sobre las piedras
de una construcción abandonada
no conocen historias
en que el pueblo se abre hacia el centro
y se come a la gente
hay pueblos en que el aire
no tiene la consistencia adecuada
para que circule una canción
los padres de todos
duermen temprano durante la semana
hay un acuerdo tácito para no hacer ruido en el sueño del vecino
a mis amigos les cuentan una pesadilla anticipada
los golpean en la boca si despiertan a los otros
con un grito
o una canción de animales que escapan
hacia nunca.
Intermedio
un lado más largo para preservar la continuidad
Dice mi madre que mis amigos son raros
que usan ropa que ya era vieja
cuando la abuela llegó a la ciudad
piensa que me dan drogas
y alcohol adulterado
dice que son horribles y fracasaron en el club
de extras de películas de vampiros.
En la suavidad inocua de mis días
mi madre busca un nuevo adjetivo
para los greñudos que me prestan discos
y me han convencido de las virtudes
de un guitarrista oligofrénico
imagina bocanadas
en piscinas diurnas
pastillas de no ir a la escuela
por culpa de una alfombra que apesta
en la que colocamos nuestros rostros
no sabe que somos pájaros negros
que bebemos jarras de café
y hablamos de lugares que nunca vamos a conocer.
Metal Mickey
Nunca encontramos el suplente que pateara aquellos huecos
un salvaje que diera masajes al alma después de cogérsela
Sólo él podría traer un mapa de ultratumba
señalar las fallas en el sistema de limbos
aplaudiríamos con baquetas incipientes
siendo focas de terciopelo y cuajos de sangre
con arritmia de pocos años
los dedos sobre el cuero
en la raya de nervios de los drowners.
Alguien cuestiona el fervor de estos niños
que no temen morir en la cruda del rock neonato
en la noche de los ojos con rímel
buscar pieles buscar ciervos buscar muladares de magia
Mickey habla con la voz del monstruo
dice que ha tenido infecciones
que avanzan más rápido que nosotros
que uno de estos días prenderá fuego al cuarto de ensayo
que nos ama cuando dormimos la fiesta
pues parecemos ovillos de una enfermedad nueva
y nos vemos como el puño que puede cerrar.
1993
no fui quien decidió
que las emisarias del lápiz negro para ojos
voláramos impulsadas
por la tecnología de hélices de carne
antes de ingresar al mundo del empleo poco remunerado
no pedí informes para la gestión
de un ejército de monos con alas pequeñas
escojo ir por tierra los días de víboras en carretera
los muslos se cansan y arden
son un reclamo de las grasas saturadas
la verdad es que yo diseñé el verano
pero nunca supe operar su mecanismo
al comprar estas botas
me dieron un cupón para un alma trizada
sudan por dentro
los pies ajados del parque industrial
algunas veces se evaporan los camiones a lo lejos
un certamen de empleados que prefieren no llegar
el vaho de transporte sube hasta los cables de paga
luego hay que hacer fila en varias ventanillas
con cajeras de inyección hidráulica.
Galerón
mis amigos y yo
nos encerrábamos a odiarlo todo al fondo de un galerón
pocos muchachos en aquel espacio para flotar sin antena
las reglas eran simples
:
podíamos tocarnos siendo machos cabríos
pero sin desear de verdad
cuando alguien latía más fuerte
era pasado por tierra o por un mar de puños
como pasar un bacalao eviscerado a otra era
calientes desde la sangre en oquedades y naves industriales
incluso cuartos fríos que transmutaban en salas de calderas
al regresar a clase
yo era el único que recordaba el incidente
yerto en la afonía del aula
sudaba por el lápiz
imaginaba la tarde floja de las piernas
fiebre reumática la tarde
con menores de edad que se comían el cuello unos a otros
todo lo recordaba
Los poemas que aquí aparecen forman parte del libro Drowner, editado dentro de la colección La Rumorosa, por la Secretaria de Cultura de Baja California.
Antonio León es un poeta nacido en Ensenada, Baja California. Reside en Mexicali desde 2014, donde se desarrolla en distintos ámbitos de la promoción cultural universitaria. Es editor de poesía en la revista El Septentrión y autor de los libros Busque caballos negros en otra parte (pinosalados) :ríos, dentro de la colección Ojo de Agua, editada por CETYS Universidad y Consomé de Piraña, editado por Carruaje de pájaros y el Instituto Sinaloense de Cultura. En 2016 fue el ganador del Premio estatal de literatura (poesía) en Baja California, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en la categoría Creadores con trayectoria.