Torre negra

 

por Diego L. García 

 

Acerca de La sustancia en infracción, de Alberto Cisnero (Barnacle, 2022)

Hay poéticas que subterráneamente van conformando algo más que una serie de libros. Una cosmovisión particular, proyectos que requieren una lectura rizomática capaz de moverse dentro de un sistema de signos tan especial como artesanalmente construido. Tal es el caso de la poesía de Alberto Cisnero (La Matanza, Buenos Aires, 1975), de la que citaré una pequeña muestra para aproximarnos a estas ideas.

   El poema “torre negra” de Cisnero se publicó inicialmente en El límite de la materia (Ruinas Circulares, 2012) y luego pasó a La sustancia en infracción (sección devenida libro) en 2022. Dice así:

nací (pasé a la distracción armada) / entre ezeiza y el golpe, digresiones / de            otros; ya pagué con el horno plancitos / de raíz o de conversos, uno a uno / supe en vida su color sin metáforas; / ¿revolución social, ñeris, banderas? trip; / la margen de un río edicto y policíaco.

La imaginación biográfica de Cisnero junto a su forma de compactar lo dicho encuentran en este texto un exponente perfecto de su proyecto escritural. Los setenta, la masacre de Ezeiza, el golpe militar y las variaciones posteriores del trip democrático hasta el presente se resumen en siete versos. En verdad el procedimiento no es un resumen, sino una concentración de fuerzas que se pliegan y despliegan en la lectura. En la poesía de Cisnero el lector debe realizar un esfuerzo, salir de la comodidad que a veces lo anecdótico licúa en un trago artificioso.

   Por la margen de todos los ríos el poeta piensa y se corre. Expresa lo policíaco que tantas veces camuflan banderas de cualquier color. El edicto dice lo antipoético. Y contra ello las preguntas, la interpelación a los ñeris que todavía pueden salir de aquella y esta, de una misma, distracción armada.

   Me interesa ese lugar de la poesía, esa trinchera siempre opuesta al control. Lo que hace Cisnero en su escritura, a lo largo de su vasta y singular obra, es una forma de intervención en el acontecimiento de los discursos. No se posiciona afuera, en la torre de marfil. Tampoco en una dialéctica visceral sin recursos; como dice en otro de sus poemas: “que yo implique la única sílaba / por la cual sacar el facón”. Si va a haber sangre, será por lo dicho.

   La deuda desde los márgenes exige una fuerza de choque para emerger a la escritura. La espiral del conurbano puede volverse muy burocrática. Pero desde la torre negra las credenciales no son más que papeles vacíos.

 

 

 

Ensayo publicado en El lento hacer: ensayos sobre imagen y escritura (Casa Vacía, Estados Unidos, 2023) pp. 21-22.


Diego L. García (Berazategui, Buenos Aires, 1983). Profesor en Letras, por la UNLP.  Entre sus libros figuran Esa trampa de ver (Añosluz, Argentina, 2016), Una voz hervida (Jámpster e-books, 2017, Chile), Una cuestión de diseño (Barnacle, Argentina, 2018), (Fotografías) (Zindo & Gafuri, Argentina, 2018- Ediciones Liliputenses, España, 2020) y Las calles nevadas (Barnacle, Argentina, 2020), Siluetas hablando porque sí (Casa Vacía, Estados Unidos, 2022) y El lento hacer: ensayos sobre imagen y escritura (Casa Vacía, Estados Unidos, 2023). Forma parte de la antología de poesía latinoamericana País imaginario: escrituras y transtextos 1980-1992 (Ay del Seis, España, 2018). Colabora en diversas revistas literarias con reseñas y artículos críticos.

Alberto Cisnero (La Matanza, 1975). Publicó “El límite de la materia” (2012); y otros libros. En 2024 publicará “De rayos negros”, en 2025 “Román paladino” y en 2026 “Clase 75”.

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