Bajo la sombra de las amapas

 

por Óscar Manuel Quezada

 

Jorge Alberto Avendaño

Bajo la sombra de las amapas

Universidad Autónoma de Sinaloa,  2024, Guadalajara, 108 pp

 

El acercamiento pertinente a las atmósferas fascinantes en la ficción y la propia arquitectura de los personajes de Jorge Alberto Avendaño, en Bajo la sombra de las amapas, permiten imaginar un paisaje coloreado con el conocimiento de la estructura literaria. Al mismo tiempo, ofrece la posibilidad esperanzadora de las amapas, que colorean de rosa y blanco los cerros de Sinaloa hasta llegar a San Pedro de Rosales. El clima de violencia en la ficción se aplaude; en la realidad, se reprueba cuando afecta a la sociedad. En Sinaloa hay narradores de calidad extraordinaria y Avendaño es uno de ellos. En complicidad con la ficción, las balas se vuelven palabras; es palpable el género negro en cada una de las narraciones que conforman la obra. La tensión dramática se mantiene al hilo con la claridad de los personajes y con las atmósferas. Avendaño vuelve arte las hazañas policiacas compartidas a lo largo de diez cuentos, convierte en metales preciosos cada uno de ellos, con todo lo que conlleva desgajar y juntar esas partituras. La ficción fascina con las características palpables que enfrentan a una parte de la sociedad con una realidad sofocante, todo desde la perspectiva literaria.

   Sin escatimar en nada, sin censurar el lenguaje, Avendaño muestra la sexualidad de manera brava, con protagonistas rudos que transitan carreteras y encuentran tugurios y rincones de aromas acedos. Hallan el espacio adecuado para desfogar sus apetitos sin reprimir los sentimientos, como en el cuento “Sinaloa noir”, aire fresco para sofocar el calor que transita en los hervores de las venas.

    La desnudez de los personajes desafía la frialdad con la que se involucran en lo ilícito, en venganzas, en la contratación de alguien más para que lo haga por ellos. Las respuestas son puras, enfatizan la frialdad necesaria para ejecutar a quien, desde el punto de vista de otros, lo merece. El autor encuentra una veta para exponer situaciones álgidas que esclarecen un territorio que desde hace décadas es oasis para unos e infierno para el resto. Con lo anterior no quiero decir, en absoluto, que el autor juzgue, sino que a través de su obra reconstruye esos climas de violencia en una narrativa que recopila y reconstruye realidades.

    El libro es inquietante, hace sentir que todo se refresca al compás del aire entre las amapas, al tiempo que muestra el dolor cuando, por ejemplo, el tacto del delincuente se introduce en el sexo del personaje de Esther, quien, ante la agonía, ahoga los sollozos. La amenaza es determinante mientras los ojos de Esther retienen la fotografía del gatillo que aniquila y desencadena lo oculto y lo controlado gracias a su sensibilidad canalizada en las artes.

   El libro es simultáneamente un retrato y una serie de postales rojas, consecuencia de la corrosión social que permea en la cotidianidad del país. También es un viaje por la geografía sinaloense, ya que transita por los rincones del centro de Culiacán, atraviesa las calles, se detiene en lugares inhóspitos para explorar las sombras y las huellas, las pautas en la investigación testimonial de los recorridos y las pistas que le llegan al detective que narra Bajo la sombra de las amapas.

   Avendaño toca las fibras más sensibles y nos estremece, nos trastoca, nos hace sentir propio el dolor ajeno. Bajo la sombra de las amapas —tan pronto sea leído y el tiempo transcurra— se volverá un referente para entender lo que pasa en nuestro contexto.

    El libro es una ventana a las periferias y da cuenta de lo que sucede a la vuelta de la esquina, de lo que pasa en el interior de un camión urbano, el grito estremecedor de las sombras muertas en una oficina, los instantes velados por sombras sofocantes. La madera y las flores de las amapas —que también sirven para hacer las cruces y embellecer con sus flores los cementerios— atestiguan las realidades en el claroscuro de una verja por donde transitan las sombras invisibles de una sociedad inerme ante la ineficacia de la autoridad. ♠

 

Óscar Manuel Quezada, originario de San Jerónimo de El Verde, Concordia, Sinaloa. Escritor, poeta, Coordinador de literatura en el IPN y titular del Taller de crítica literaria del Centro Cultural Jaime Torres Bodet. Entre sus obras están: Déjame que te cuente un sueño, Atada sobre las olas, Bajo el alba, en Laberinto Ediciones los títulos: Viernes Trece de noviembre en París (2018), y La casa siempre viva (2021). Su poesía ha sido traducida al árabe y publicada en la prestigiosa revista de literatura Dubái, además de ser musicalizada e incluida en el Danish World Music Award, Dinamarca 2011. Coordinador y creador del Maratón de Escritores en Coyoacán. En agosto de 2020, La Academia de Literatura Latinoamericana lo incluye en la antología “Un virus sin corona”. A través del espejo, antología, incluye el ensayo “El espejo de tus ojos”, publicado en 2020. Integrante del Consejo Editorial de la Revista “Mediaciones”, editada por el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM. Editor de la revista de literatura “Las letras del burro”, del IPN.

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