POR DESGRACIA INVENTARON LA SILLA DE RUEDAS
es el final de la clase
y apenas pude entender
que no es el suelo
lo que da fin a los pasos
ni son los pasos los que hacen al suelo
sino ese impulso
inculcado a patadas
sólo para ir
tener accidentes
de un lugar a otro
hacer recuerdos
en sitios donde nunca
volverás a poner un pie
LOS COBARDES
qué habrá sido de mis compañeros
después de la huida
los cansados
patea latas
casi sombras
los que van con el rostro hacia el suelo
para no darle cara al sol y explicar
a miradas que piden explicaciones
por qué abandonamos el frente
o por lo menos
encontrar las palabras
dejar en claro
que nuestra incapacidad
para jalar del gatillo
no fue por falta de conocimiento
en el mecanismo
tan simple
como decía el comandante
de una metralla
qué habrá sido de mis compañeros
al volver a casa
y decir
lastimosamente vivos
no pude hacerlo
PUDE DEJAR LAS DROGAS PERO LAS DROGAS NO ME DEJAN
siguen aquí
en la sexta taza de café
sostenida con esta mano
retocada a mordidas
mientras suena
por décima vez
la misma canción
que habla de alguien
que extravió algo
en las colinas
un lugar mejor que este cuarto
lejano de rostros que evito
un lugar para levantar
la pequeña morada de tablas
techo de zinc con cabras y un perro
morada en la que no pasa nada más que los días
donde nunca pasó nada malo
CAJA
soy un cúmulo cosas
que nunca debieron juntarse
personas suelos
que he besado
antes de dormir
sybylle baier
en audífonos
you made me forget about
viajes
al corazón de los cajones
fotografías que murmuran
told you that life is short
but love is old
junto al llavero calendario
el mapa y el código postal
de una isla sin isla
sin lanchas ni muelle
there where times in my life
when i felt mad and deprived
con pies enterrados en la arena
sin saber conducir a los 31
un hogar
con lo que no traje en la mudanza
y el camino para
volver al rastro
donde
slopes gave me hope
en forma de estrellas fugaces
o mil formas de preguntar
cómo esconderme
sin recordar mis inicios ♠
Fotografía de Armen Hovsepian
Jorge Orlando Correa, escritor nacido en Chetumal, Quintana Roo, en 1992. Autor de Ya no hay fechas importantes (Pinos Alados, 2020) y de Primeros y últimos instantes de una mañana (Liliputienses, 2024) libro al que pertenecen los poemas de esta selección.