por Irma Paredes
Jesús Ernesto Guevara
Casi lo confundo con mi hogar
Agujero de Gusano, 2024, México, 102 pp
No conozco a Jesús Ernesto Guevara. Es la primera vez que nos encontramos. Al recibir el libro digital no reconocí su nombre y eso me entusiasmó. Encuentro placer al leer nuevos autores, sobre todo si son de Baja California. Decidí no pedir una semblanza hasta terminar de leer, evité la tentación de hacer una búsqueda en Google o un rastreo por redes sociales, hasta me salté el texto en la contraportada de Elma Correa. Todo lo que tenía era un título: Casi lo confundo con mi hogar. Casi por instinto imaginé una recopilación de textos anclados en la tragedia y el drama, en la pérdida y el duelo, en el ensimismamiento y la añoranza de los recuerdos olvidados. Me alegra admitir que me equivoqué.
“La pantera rosa había resbalado con una banana y ahora estaba en el hospital”. Esa primera frase no me preparó para lo que venía. En “No te vayas sin despedirte” la nostalgia viene en bucle: las caricaturas que se reproducen al fondo en la televisión familiar, los olores de la comida favorita en la cocina, los juegos de la infancia y las múltiples despedidas entre un abuelo y su nieto. Cuando terminé de comprender la dinámica familiar, ya estaba dentro de esa casa sin plantas, atrapada en la ausencia de quien aún no se ha ido.
Sin dejar un espacio entre un cuento y otro, continué con “Entre estrellas”. En lo fortuito de encontrar su vocación leyendo una revista sobre la farándula en los abarrotes de la esquina y pasar la adolescencia en un cuarto verde menta grabando un podcast, encontré ese primer acto rebelde de Yuri contra las expectativas paternas. Aquí, las relaciones familiares siguen como punto focal. Los dilemas de autopercepción y comparación social vienen junto con el antagonista que cumple con esas expectativas. A pesar de todo, en los brazos de un astronauta, Yuri sabe que da mucha envidia.
“Escape” aborda un enfoque diferente a los estereotipos tradicionales de lo masculino. El autor nos presenta a un hijo viajando con su padre hacia el Golfo de Santa Clara, que aún con temor muestra sus emociones, no quiere ocultar su tristeza y se atreve a cuestionar.
Entre canciones de Paulina Rubio, Maria José y Lupita D’Alessio, el surgimiento inesperado de una drag queen se da un “Jueves de junio”. Ya sea “llenas de color, vida y libertad” o “luciendo la tristeza como si fuera parte del vestuario” las artistas de la comunidad drag integran a Chuyita, quien comienza la búsqueda de aceptación.
En “Be water, my friend” la inseguridad y envidia invaden a un padre que desea recuperar la admiración de su hijo. Debe competir con Bruce Lee, quien se ha mudado a la casa de al lado. Sí, ese Bruce Lee.
Malena trabaja en un bar, pero se involucra con un gringo violento que la acosa. Desesperada, acepta que un brujo migrante haga un ritual vudú para terminar con el problema. “Cuando despierte, ya no quiero verte aquí” deja entrever, con tintes de horror y violencia, la dinámica social en una ciudad de la frontera norte del país.
Todos, o la mayoría, quisimos fugarnos con el circo cuando éramos niños. Conforme crecemos, la realidad nos golpea y abandonamos el sueño. El libro termina con Ángela, una estudiante de preparatoria “bien portada” que se enamora de un Tarzán musculoso que huele a pachulí. Atraída, además, por vivir en la itinerancia, se une al “nuevo espectáculo”.
Casi lo confundo con mi hogar es una antología de siete cuentos ambientados dentro del contexto que se vive en el norte del país. Al terminar de leerla tuve la sensación de haber leído algo del autor con anterioridad, y así fue. Busqué en mi librero y encontré un cuento de Guevara en una antología que leí en diciembre. Reconocí un autor que está evolucionando pero que se perfila con un estilo definido y un enfoque peculiar. Sus personajes están cargados de emociones complejas, pero que generan vínculos inesperados con inocencia y humor. Tampoco es que falte tragedia, la hay. A veces toman decisiones cuestionables cuando se encuentran en una situación poco convencional, eso los hace tan absurdos y reales como cualquiera. Son humanos. ♠
Irma Paredes (Ciudad Obregón, 1986) es maestra en administración, danzante de folklor mexicano y madre. Ha sido parte de talleres literarios de crónica, ensayo creativo y cuento organizados por Relatos del Puerto, El Septentrión y Cetys Universidad. Su inquietud en el mundo literario la lleva a participar en fanzines, acercarse a la gráfica y otras disciplinas artísticas. Desde el 2022 forma parte del Taller de Arte y Gráfica Yerbamala.