Martes de frutas y verduras

 

Me gustan los martes de frutas y verduras.

Frente a los montículos de aguacates

inclinados sobre las bolsitas

hombres solos escogen un puño de limones

 

no hay nada más hermoso

que esa sonrisa cordial que te mira y comenta el precio

la mediocre calidad de los tomates

o el pálido tono de las manzanas

 

imagino esas manos suaves y limpias

sobre mi cuerpo, el aroma

la curva de su espalda y su nariz

 

espío al sujeto de mejillas sonrosadas

tomar con ambas manos un par de melones:

mi pecho conmemora

la algarabía en mi garganta

 

me desboco, todo se derrumba

mi carrito junto al suyo

la tibia cercanía sobre el cerro de cebollas

y el olor del echalot

 

un invierno transitorio

trajo las fresas del valle a doce pesos

huelen a tierra las papas y la espina del chayote

desgarró la punta de mis dedos

 

con todo y su guiño

el sujeto de manos grandes

se perdió con su canasta

en los pasillos incontables del mercado

 

Me gustan los martes de frutas y verduras

el puño de esos hombres

que acarician las naranjas

como si las regalaran

adoro la oferta de azúcar en sus ojos

y el deseo transitorio de su fútil compañía.

 

PUDE VER TU CRUZ

 

Siete años yo.

Me aferré a tomar un baño contigo

no querías,

pero cediste a mi insistencia.

El baño blanco se llenó de vapor

nos quitamos la ropa

una frente a la otra.

 

Cuando quedamos en calzones

levanté mi cara y miré tu sonrisa

entramos en la bañera,

de espaldas a ti tomé el jabón

me tallé el cuello, los hombros,

y mis piernas que aún no temblaban.

 

Hablaba y hablaba

como siempre

como suelo ser.

Tomaste mi cabeza

llena de espuma

–olía a durazno el champú–

recuerdo haber cantado y reído

hasta que miré tu pecho.

 

Miré tu pecho

y en él se acomodaba un pezón

sólo uno apropiado a tu izquierda

a la derecha, una enmienda

una cruz

herida que lo negaba todo

tachadura purpúrea

que lo objetaba todo.

 

No quería mirar

pero adonde volteara

esa raspadura estaba en todos lados.

 

Envuelta en la toalla

sobre la cama y enredada en tu perfume

guardé tu secreto

hasta la tumba.

 

—Rosa Espinoza

 

ROSA ESPINOZA nació en Mexicali, Baja California, en 1968. Es poeta, narradora, diseñadora, editora y guionista para la televisión universitaria. Su trabajo ha sido incluido en antologías y revistas literarias como Tierra Adentro, Círculo de poesía, Generación, Ombligo, Navegaciones Zur, Aquilón, Peregrinos y sus letras, Border senses, Río Grande Review, Cofeebok, El Humo, entre otras. Su obra se ha incorporado en las antologías Bethoviana (UABC, 2001), Nuestra cama es de flores (Cecut, 2008), Mapa poético de México (2009), Antología de poesía del Encuentro de Poetas en el País de las Nubes (2015). Es propietaria del Pinosalados ediciones bajo el cual apareció Señero, su primer poemario. Próximamente aparecerá Llevará tu nombre bajo el sello de la editorial El Humo. Es colaboradora del Programa editorial del Cetys Universidad.

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