Un riachuelo es un cordón
Es el inicio de donde se recorren distancias
rasga el desierto en planicies
en pájaros
Ahí los caballos son salvajes galopan
Es el estado líquido que se agita
Con las olas se forma una curvatura en las raíces
Nacen túneles que cortan las historias en partes iguales
donde los cuerpos se suspenden un punto exacto
donde los cuerpos se solicitan
nos engendramos
en una gota
nacerá el universo
La espera es un gato de ojos afilados
que se clava en la piel
Esboza un eco sordo como una hoja
La tortura es el recuerdo que fuimos vientre
que alguna vez habitamos espacios interiores
Las liebres se alimentan del otoño
en la madriguera los niños se refugian duermen los inviernos
Los pechos de las madres florecen
la leche es clara y eterna
Sobrevivir es respetar el orden de los elementos
con la primavera vendrá la promesa habitual
en una hora
nacerá el universo
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El abismo es un espejo que se posa en el camino
Con él se pierde el aliento
Con él se pierde la guía
Somos náufragos hambrientos y sedientos olvidados
se recupera el rumbo al disminuir la fuerza
Se fija la mira en el cardumen nos movemos en fracciones
La muerte nos abandona en la última vuelta
De la misma forma en que abandonamos el mar en búsqueda de tierra firme
las misiones se establecen en territorios desolados
en infiernos
Sin futuro nos entregamos a la estepa
conservamos la calma
Esperamos ser llamados
nuestras balsas descansarán en números abstractos
en este quebranto
nacerá el universo
—Fabiola Del Castillo
Fabiola del Castillo es bifocal, bilingüe, bilateral, binacional, bicolor, bípeda, biógrafa, catlady y feminista irremediable. Escribe por necesidad, florista de oficio. Parte de su tiempo lo dedica a domar estudiantes, no usa filtros en Instagram y se le conoce en twitter por #pequeñosmachismos.