Dictamen
Sonriente, despejada,
llegó a mi sueño, y malabares rojos
brindamos, y era exceso.
Y luego fue la Amada,
antigua doble faz y su dictamen.
Y no hablar ya, y no estar,
y silenciar hasta las pausas, ido
de los presentes que
conversan y concluyen,
y alternan y se entienden y sonríen.
En fin, las horas…
Palabras inconexas; manoseado
camino artificial.
(Pachelbel no insinúa: suena, y siempre,
ese círculo, acordes
que logran ahondar). Palabras brujas,
delirios a dos manos,
y manos o muñones. La retórica:
sarna de refregarse
contra piedras gastadas. Como ser
un juguete mellado,
tirado en algún río: la costumbre
ahoga los reflejos.
En el que los fantasmas se sonríen
La luna va alcanzando, y no hay manera,
su plenitud. Me tumban
esa luz, ese grito y esa guija
cada vez que la veo
arriba: inabordable y pretenciosa,
como vieja regenta.
Charla de café
Mira el mundo según
un relato, me dice, una ilusión
que da sentido al tiempo
que lo separa del final. Parece
que realmente cree
en lo que dice. Pienso, de inmediato,
y hasta le objeto, que
ese relato tiene que tener
asideros afuera.
Que la ilusión contiene lo ilusorio
muchas veces. Hablamos
sobre el asunto, pero, entre argumentos
que examinamos, pienso
de pronto que esa argucia que plantea
y que defiende con
razones es —el vértigo es fugaz—
el resultado de años
de reincidir en traumas, de buscar
acaso amargamente
cómo modificarlos y forjar
otra clase de pulso
para las horas. Algo que lo salve
de la puntual debacle
de la vida. Y me callo, cohibido,
y entonces puedo oír
otra voz, que me cuenta el Paraíso
una vez más y al cual
quizás entremos si lo pergeñamos
de modo verosímil.
Poemas tomados del libro Noción de ritmo (Barnacle, 2019)
Pablo Seguí (Córdoba, 1973). Entre los 8 y los 17 años estudió violín, para luego volcarse hacia la poesía. Ha publicado tres libros: Los nombres de la amada (Alción, 1999), Claves y armaduras (Foja/Cero, 2005), Naturaleza muerta (El Copista, 2011), Otro verano y éste (Barnacle, 2017), Animal de bien (Barnacle, 2018) y Noción de ritmo (Barnacle, 2019). Desde hace varios años ya publica sus poemas en sucesivos blogs, entre los cuales figuran: El tren y la mujer que llena el cielo, La lección de piano, El bakelita, Por el jornal, Crocante de seco y el actual, Voces en La Babía.