Alfredo Carmona: El color de la paciencia

 

 

Para la mayoría de la personas, la ciudad y sus calles son el centro de existencia del universo humano. En ambientes artificiales creados por nosotros —y para nosotros—, la calle es una mezcla de ingredientes humanos y arquitectura urbana; y como telón de fondo están las formas, tamaños, emociones, las intenciones o la ausencia de intenciones de las personas que pueblan la ciudad. Y es que la fotografía de calle es más sobre el entorno humano que sobre el sujeto humano en sí. La  fotografía callejera es incierta porque impacta y cuestiona: quién es el hombre, a dónde van esas personas, qué está pasando. Las fotografías resultantes inspiran curiosidad, intrigan y, como un imán, atraen al espectador.

  Para esta entrada de Escribir con Luz dedicada a la fotografía de calle, entrevistamos al fotógrafo Alfredo Carmona (Barcelona). De formación autodidacta, Alfredo sale a caminar después de su trabajo, a buscar la luz dorada de las tardes, dejándose llevar a donde el instinto le dicte. Y espera.

 

ECL: Tus fotografías aparentan ser espontáneas pero contienen tanta información que al mismo tiempo pudieran ser muy planeadas. ¿Eres consciente de eso cuando disparas tu cámara o es más una respuesta instintiva e intuitiva al estímulo visual de la ciudad?

AC: Creo que lo más instintivo es la elección de los lugares en los que hago las fotos. Normalmente, salgo a caminar después del trabajo, en primavera o verano (cuando las horas de luz se van alargando) y voy encontrando esos lugares que me llaman la atención. Cuando encuentro un lugar que me atrae, paso un tiempo estudiando la escena, los fondos, las gente que camina por allí. Entonces empiezo a hacer fotos, variando la composición, probando diferentes ángulos hasta que encuentro el adecuado y espero a que ocurra lo que quiero fotografiar. Así que, en cierto modo, la composición, la luz y la toma en sí suele ser bastante planeada, dejando que la gente que pasa por allí y el movimiento de la ciudad sean los elementos espontáneos.

 

ECL: El color rojo, los tonos dorados de la tarde, los reflejos en las ventanas; todas tus composiciones fotográficas evocan cierta nostalgia y también se sienten atemporales; mantienes este código de color y armonía en la mayoría de tus imágenes. Platícanos de eso y de tu proceso fotográfico.

AC: La verdad es que no sé exactamente por qué me obsesionan tanto esos colores saturados, la luz reflejada, etc… Supongo que en parte es por la influencia de fotógrafos a los que admiro y también porque ese tipo de imágenes me permiten crear escenas surrealistas (¿o fuera de la realidad?). Me atrae el concepto de ficción representada mediante el lenguaje de la realidad. Los reflejos te permiten mezclar diferentes capas de información, y eso es algo que me fascina: jugar con lo reflejado y lo que hay detrás del cristal hasta encontrar una historia.

  Respecto a mi proceso fotográfico, como decía antes, es bastante premeditado o estático. No tengo formación como fotógrafo, ni una técnica ágil, así que no podría hacer street photography como tal. Aunque eso no quiere decir que sea una fotografía preparada, no me gusta forzar la escena ni alterar los elementos formales que componen la toma. Así que la paciencia es mi mejor virtud como aficionado a la fotografía. 

ECL: La escuela de fotógrafos de calle tiene grandes nombres, ¿quiénes te han influenciado y a quiénes admiras actualmente?

AC: Me encanta el trabajo de William Eggleston, Hiroji Kubota, Constantine Manos, Narelle Autio, José Manuel Navia, Rafa Badía, Cristina de Middel, … y una larga lista, aunque si tuviera que elegir solo un nombre diría Trent Parke. Su trabajo y narrativa visual me parecen sorprendentes (tanto en blanco y negro como en color). Nunca me canso de releer su Minutes to Midnight. Diría que mis influencias van en ese sentido, pero también provienen del cine o de algún libro que esté leyendo en ese momento.

 

 

Alfredo Carmona tiene 38 años y es de Barcelona. Practica la fotografía desde el 2013, aproximadamente, y es una afición que nace gracias a sus amigos y, también, a su trabajo en una imprenta donde controla minuciosamente el color de las publicaciones que ahí imprimen. Le apasiona el color, la película diapositiva, y sus últimos trabajos los ha desarrollado en este soporte. Además de la fotografía, le gusta la música, el cine y la literatura. Entre sus autores favoritos están Björk, Sonic Youth, Paul Auster, Wim Wenders, David Lynch, Inio Asano, Masaaki Yuasa y un largo etcétera. Uno de los temas recurrentes en el trabajo fotográfico de Carmona son las ferias, porque en las ferias, me dice, la gente es feliz.

Puedes conocer más de su trabajo en su Instagram @bicinegra, y en su portafolio: www.bicinegra.portfoliobox.net 

 

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