Ésta es la hora dorada

 

 

Las minucias del tiempo

no importa
si llueve como torrentes
si el cielo tira para abajo
mucha agua junta

no importa
si hay de esos soles
que abren sin pruritos ni tapujos
la tierra en dos o más partes

en estas veredas
los árboles tienen una cualidad
que los hace permanecer
iguales a sí mismos

un talante
que trasciende
las minucias del tiempo.

La hora dorada

ésta es la hora dorada
me decías
bordeábamos las vías a pie
de la mano
junto a las tipas y los eucaliptos
ésta es la hora dorada
cuando el atardecer se desmaya
un manto tejido
con puntitos brillantes
arropa los follajes
ésta es la hora dorada
durante unos momentos
me dejo consumir
amorosamente.

Ovejas

¿por qué no viniste a mi vagón?
no
no nos han presentado formalmente
ni de elegante sport
no hemos estrechado manos
ni hemos compartido lecho
¿y qué?
camino al tren
pronto a zarpar de Retiro
dejé miguitas de pan
espanté a las palomas
—siempre tengo un gato en mi bolsillo—
hoy no llevo perfume
quise facilitarte las cosas
te esperé en el tercer vagón
conté ovejas ruludas que saltan cercos
los relojes me ponen nerviosa
vos no viniste
¿qué hago con tantas ovejas
apiñadas entre los pasajeros?

Querido poema:

te exijo que ahora mismo
me saques una foto
te demando que la reveles
en ocho renglones
te ayudo con la faena
alma dos puntos
corpúsculos de gelatina
sabor frambuesa
a veces flotan en manadas
y arman figuras anti-geométricas
otras veces se dispersan sueltos
con la soledad de los números primos
y dibujan arabescos.

 


Paola Escobar (Buenos Aires, 1971) escribe desde los siete años de edad. Hizo talleres de escritura creativa y continúa aprendiendo. Es antropóloga social. Participó en Búsquedas (2011), antología de escritores de San Isidro (editado por Bea Lunazzi). Las cosas tal y como son es su primer libro publicado.

Déjanos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*