Samahil Borbón Ojeda: Bocetos para evocar una isla

Entrevista a

Samahil Borbón Ojeda

por

Alicia Tsuchiya

 

 

Para esta entrada de Escribir con Luz, entrevisté a la artista Samahil Borbón Ojeda (Isla de Cedros, 1984), quien presenta Bocetos para evocar una isla”,  una serie no narrativa que trabajó entre el 2012 y el 2015. Con una estética abstracta y de altos contrastes, las fotografías son el resultado de recorridos libres por Isla de Cedros. Sierra, costa, mar son elementos que representan aquello que ha sido central en la vida familiar de Samahil; pero, también, que han servido para que ella pueda construir su propia Isla de Cedros. Dotada de paciencia y una capacidad muy grande de observación, Samahil reinterpreta el paisaje isleño y nos entrega imágenes que hablan de identidad, pertenencia y arraigo.

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ECL: Nos platicas que esta serie de fotografías son el resultado de recorrer Isla de Cedros. ¿Cuánto tiempo has recorrido estos paisajes, y cómo se ha re-configurado tu propia isla en el proceso?

SBO: Nací en Isla de Cedros, aunque desde muy pequeña salí de ahí. A los tres años, me parece. Mi mamá trabajaba junto con mi abuelo en la pesquera; mi papá, como estomatólogo. Por un año vivimos en la Ciudad de México; al final, nos establecimos en Tijuana. Durante toda mi vida, Isla de Cedros ha sido un tema central. A pesar de que casi toda mi familia materna vive en Ensenada, la isla está muy presente en nuestra vida diaria, las anécdotas son interminables, siempre están en movimiento. Me encanta, es como un vaivén, cada ola arroja algo. Con el tiempo, me fui armando mi idea sobre la isla; de pequeña, se me hacía súper raro: ¿cómo que nací en una isla? No la conocía, pero sentía que sí por todo lo que había escuchado y las fotos que había visto. A los diez años de edad fui en unas vacaciones de verano y fue como una especie de sueño, la mayoría de las personas me conocían: “eres nieta de Margarita”, “eres hija de Lety”, “me saludas a tu papá”. Yo volteaba con mi tía, sacada de onda, ¿cómo es que saben mi nombre? Los recuerdos de ese viaje están mezclados con todas las anécdotas que he escuchado. Me encantó conocer la casa de mis abuelos, nada más la había visto en fotos: fue como pertenecer a ese lugar.

  Por muchos años, fue solamente una idea, un anhelo. Hoy día, es una especie de refugio, algo propio, que me ha dado un norte para entender un poco más de donde vengo. En el paisaje no solamente se delimitan fronteras: se forjan procesos políticos, económicos, ahí también se contienen nuestras historias familiares. Develar estas historias ha sido muy liberador.

 El arraigo es otro elemento clave de nuestra identidad. Creo que es muy importante vivir el sentimiento de arraigo. Es, por decirlo de alguna manera, nuestra agarradera.

  Este proyecto inició en el 2012. Viajé con un primo a pasar Navidad y el Año nuevo en la isla, era diciembre del 2011. Mi abuela tenía poco que había fallecido… estar ahí fue como estar con ella, fue algo muy extraño y lindo al mismo tiempo. Como si al tocar las piedras la estuviera abrazando. A mi regreso a Ensenada, pasaron varios meses antes de volver a ese archivo, me sorprendí mucho por la cantidad de fotografías que tenía, que, con el tiempo, entendí que era yo en esas fotografías, era yo queriendo enunciar algo. Reconocer eso fue oro y luz para continuar. El proceso de producción terminó en el 2015, de ahí la edición fue otro largo periodo de aprendizaje.

 

ECL: Con “Bocetos para evocar una isla” también evocas emociones. Juegas con los contrastes y las formas orgánicas y logras imágenes abstractas. ¿Cómo es tu metodología de trabajo?

SBO: Soy muy muy lenta para fotografiar; antes me gusta pasar tiempo en el lugar, observar y entender sus variaciones. Puedo llevar la cámara pero si no lo siento no tomo la foto. Observar es algo que desde niña me encanta, me puedo quedar horas en un sitio. Hay atardeceres que lo hacen a uno llorar, o ciertas cosas del entorno que, ¡pum!, se accionan en uno. No sé cómo explicarlo.

  En mi trabajo, el eje temático proviene del paisaje, la cotidianidad y la creación de atmósferas. En Bocetos…, buscaba un momento con la isla, no me interesaba nada más que pensarme a partir del paisaje, como si tratara de enunciar un paisaje interior. Abrazar la luz y la sombra. Pude hacer unos experimentos con la observación del paisaje, pequeñas extracciones de elementos de lo observado que me arrojaron una reinterpretación y variaciones de la idea del cerro, isla, etc.

  Parte de la metodología de trabajo está centrada en la investigación, lecturas, relecturas, definición de conceptos, la información. El conocimiento que tenía sobre la Isla de Cedros estaba basado en anécdotas; sabía sobre la flora y fauna, por lo que había escuchado; es por eso que decidí llevar una investigación formal y empezar por lo básico: ¿Qué es una isla ? ¿Cómo nace una isla? ¿Qué es Isla de Cedros? Fue todo un show, no había información concisa, solamente algunas notas escuetas de periódicos y algunas menciones en libros. Afortunadamente, en el Archivo Histórico de Ensenada encontré la tesis de Israel Baxin; él es un geógrafo de la Ciudad de México que estaba estudiando estas islas.

  De lo que está impregnada esta serie es del cuento “Luvina”, de Juan Rulfo, la canción “La tumba será el final”, de Flaco Jiménez y artistas diversos como la conservacionista Rachel Carson, la pintura de Mark Rothko, el cine y los paisajes de Peter Hutton.

ECL: También estás trabajando en Huamalhua, un largometraje documental sobre Isla de Cedros. Platícanos de este proyecto.

SBO: Huamalhua es la evolución de “Bocetos para evocar una isla”. Con la serie pude ir cimentando conceptos e ir madurando. Con este proyecto tengo un mismo acercamiento, pero desde otras áreas que me permiten explorar y experimentar ahora desde el sonido y la misma imagen. Mucho de lo que estoy haciendo con este proyecto es hacer un registro contra el olvido.

  Por alguna extraña razón el factor Isla de Cedros siempre emergía; me llegaban historias y anécdotas súper locas. Una vez, conocí a un señor que tenia una oficina atrás del lugar en donde yo trabajaba, yo no encontraba estacionamiento y le pedí de favor si podía estacionarme (estaba pintado de amarillo), el señor, súper amable, me dijo que sí. Al siguiente día, llegué más temprano para platicar con él. Me había dado curiosidad. La oficina estaba maltrecha… había algo en el señor que me daba curiosidad; él caminaba con dificultad, tenía como 75 años de edad. La onda es que ya en media plática me dice : “hace muchos años trabajé en Isla de Cedros, y yo, “¡quééé!” Yo nunca mencioné nada de la isla. Después de ahí fue que dije “esto apenas comienza”.

   Ha sido un proceso lento que he aprendido a disfrutar. Me ha llevado a replantearme muchas cosas a un nivel personal y a un nivel relacionado con la forma en la que quiero trabajar. Al final del día, no pasa nada si tienes que parar y volver a comenzar.

 

 

Samahil Borbón Ojeda estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Noroeste Univer de Tijuana. Ha participado en diversos diplomados y talleres sobre Cine y Fotografía. Su trabajo ha sido reconocido y apoyado por el Programa de Apoyo a la Producción Artística CECUT, y el Programa de Estímulo y Desarrollo Artístico de Baja California (PECDA) en la categoría Jóvenes Creadores .

Puedes conocer más del trabajo de Samahil en su sitio web www.samahilborbonojeda.com

y ver una parte de Huamalhua 

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