Entre Fronteras: ella transita por una cuerda

por Antonio León

 

Es una noche más para el Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras y la energía de quienes llegamos a las funciones se entrecruza: público de nuevo cuño, especialistas, comunidad universitaria, fauna dancística y artistas de la comunidad. El evento llega a su cuarto día de actividades y es el turno de la compañía de México-Costa Rica Pájaro Mosca con la pieza Los ojos abiertos de ella. 

  La puntualidad no termina de ser una virtud del norte y pareciera que algunas personas se han puesto de acuerdo para llegar tarde y ser conducidas por los pasillos del teatro tras foquitos de celular. En este caso no hay tanto problema: esas luces se unen a una lámpara que ilumina la quinta fila, en la que se encuentra la bailarina Noemi Sánchez, dando inicio a este trabajo unipersonal. Ella describe a la asistencia, habla de sus motivos para no caer, se muda de ropa y sube al escenario.

  Se trata de una experiencia escénica con base en la obra de teatro del mismo nombre, de la artista Uruguaya Raquel Diana. Un espectáculo que estrecha lazos con las artes visuales y el teatro físico para hablar de la muerte, la soledad y el miedo a la oscuridad del cuerpo.

  La bailarina fluye entre discursos caligráficos y consignas punitivas. Baila reconvertida en un ente alado y piensa en voz alta: la voz propia es la pauta para los lances y los contrapuntos que le sacuden el cabello, la espina dorsal y los pies. Se sitúa al frente de escenarios oníricos y postales robadas a la campiña italiana, a las carreteras del sur de América. El trabajo con la iluminación y los elementos escenográficos se encienden como diseñados en complicidad con el espectador y hay un nuevo trazo que surge justo al momento de imaginarlo.

  Entre deconstrucciones a Chico Buarque, viejas tonadas de jazz y el lip sync a la legendaria Etta James, la pieza extiende sus alas de mosca y se convierte en un manto de empatía. Ella pide música para no caer, ella transita por una cuerda, ella pide un vaso de agua, ella grita y se disuelve: todo es parte de la memoria coreográfica del temor a lo inasible.

  Por momentos, el lamento de la transitoriedad del cuerpo; a ratos, la esperanza, el desasosiego de lo que pudo haber sido: pareciera que la danza se convierte aquí en el tarot del cuerpo, que avanza y devela dudas sobre sí mismo, pero deja otras que sólo se verán resueltas en cuanto más disposición se tenga a ser parte del juego multiforme de la escena.

Fotografías de Armando Ruiz

Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe poesía y crónica. Es editor de poesía en la revista El Septentrión y autor de los libros Busque caballos negros en otra parte (pinosalados) :ríos, dentro de la colección Ojo de Agua, editada por CETYS Universidad y Consomé de Piraña, editado por Carruaje de pájaros y el Instituto Sinaloense de Cultura en el 2020. En 2016 fue el ganador del Premio estatal de literatura (poesía) en Baja California, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en la categoría Creadores con trayectoria. Actualmente se desarrolla en promoción de la lectura y la promoción cultural universitaria y es parte del equipo organizador del encuentro Tiempo de Literatura, en Mexicali.

El Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras continuará hasta el 30 de abril.

Más información https://www.facebook.com/ENTREFRONTERAS

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