Entre Fronteras: los cuerpos se atestiguan a sí mismos

 

por Antonio León

 

La temperatura sube en las noches de Mexicali, la ciudad comienza a dar los primeros signos de lo que será su inminente verano y todo está listo para las incidencias del movimiento. El Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras llega a su segundo día de actividades. Loaiza Corpóreo, bajo la dirección de Víctor Hugo Loaiza, con música original de Jeziel Soria y la participación de Tlathui Maza y Luis Ángel Cerón, es la compañía encargada de la función de hoy con la pieza NOVA.

  Mientras la gente toma su lugar en el Teatro Universitario, el telón se encuentra ya abierto y los bailarines realizan ejercicios de calentamiento. Transportándonos a un improbable gimnasio (con música de un celular —perreo del bueno—incluida), los artistas se estiran y crujen, respiran fuerte, corren y saltan por el espacio, chocan y se jalonean en un escarceo homoerótico, vuelven a chocar y caen: quien diga que la danza no es una disciplina de contacto, se equivoca. 

  La primera parte de NOVA se desarrolla a ras de proscenio, en momentos parece que los ejecutantes caerán hacia las butacas. Sin música de fondo, nos involucran en su jornada de reconocimiento corporal: nos hacen testigos de sus lances, sus incursiones en la lucha olímpica y sus golpes en el rostro y cuerpo. Dos hombres se desean y aprenden sobre la marcha que algo tiene de violento el anhelo, algo de impotencia. 

   El registro se mueve hacia los juegos de manos, con elementos dancísticos que recrean la dinámica de las artes marciales y la danza urbana. En todo momento hay un uso coreográfico del suelo y un afán de huir de los ángulos y lo lineal. Los que danzan increpan al otro, al público, a la noche y a la heteronorma —todo por fuera del molde y con extremidades en constante flujo. La oscuridad se hace de nuevo y la segunda parte de la pieza se abre, junto al telón, con un universo distinto. La atmósfera se expande al dejarse escuchar una base con referencias al IDM o a la música de William Orbit. 

    Los espejos y el uso caleidoscópico de las luces asisten a esta nueva intimidad. Ya no hay la urgencia del deseo desaforado, la necesidad de contacto ralentiza el instante y lo prepara para un clímax luminoso. Los cuerpos se atestiguan a sí mismos, abandonan la lucha, acuden al festival del tacto. Ahora, la ternura negada llega a la estación de los cuerpos, y esta ternura los hace eclosionar.

Fotografías de Armando Ruiz

Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe poesía y crónica. Es editor de poesía en la revista El Septentrión y autor de los libros Busque caballos negros en otra parte (pinosalados) :ríos, dentro de la colección Ojo de Agua, editada por CETYS Universidad y Consomé de Piraña, editado por Carruaje de pájaros y el Instituto Sinaloense de Cultura en el 2020. En 2016 fue el ganador del Premio estatal de literatura (poesía) en Baja California, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en la categoría Creadores con trayectoria. Actualmente se desarrolla en promoción de la lectura y la promoción cultural universitaria y es parte del equipo organizador del encuentro Tiempo de Literatura, en Mexicali.

El Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras continuará hasta el 30 de abril.

Más información https://www.facebook.com/ENTREFRONTERAS

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